La vulnerabilidad social y La Niña intensifican los impactos de los ciclones tropicales

Alejandro Jaramillo, Christian Dominguez

Los impactos socioeconómicos en México, asociados a los ciclones tropicales, son exacerbados tanto por la vulnerabilidad social como por las distintas fases de El Niño; confirma un reciente artículo científico. Durante los años intensos de La Niña, la fase más costosa, los riesgos aumentan más del 80% en la costa este del país y la región noreste del territorio.


| Por Ivan Esau Arenas Ortiz (Becario UVICC-CCA)
Revisión científica: Christian Domínguez Sarmiento
Coordinación y revisión editorial: Ivonne San Miguel Rodríguez


Los ciclones tropicales son el fenómeno natural que causa mayores pérdidas económicas para el país. Los daños asociados no sólo dependen de la actividad ciclónica, también dependen de las condiciones socioeconómicas de las comunidades. Una investigación científica, realizada en el Centro de Ciencias de la Atmósfera, analizó la influencia de la vulnerabilidad social y el fenómeno El Niño sobre los riesgos por la lluvia extrema que producen los ciclones.

Las autoras de la investigación Christian Domínguez y Palmira Cuéllar, junto con Alejandro Jaramillo diagnosticaron el riesgo climático en México; una combinación de la probabilidad de días con lluvia extrema por ciclones tropicales (nombrados días ciclónicos) con la vulnerabilidad social. Luego, determinaron cómo cambiaba el riesgo climático con cada fase de El Niño Oscilación del Sur (ENSO, por sus siglas en inglés).

En el estudio, publicado en International Journal of Climatology, encontraron que ENSO es el principal regulador de la cantidad de días ciclónicos. Además, se identificó la incidencia de la oscilación climática, durante los años más acentuados de sus etapas:

  • Se descubrió que los impactos socioeconómicos son más costosos en la fase de La Niña. Bajo sus condiciones más intensas, el riesgo climático sobre la costa este y la región noreste de México aumenta más del 80%, respecto al promedio.
  • Durante los años intensos de El Niño, en el sur de México el riesgo climático es mayor en 80%, respecto al promedio.
  • Mientras que en la fase neutral del ENSO, es de más del 40% el aumento, respecto al promedio del riesgo climático alrededor del este-noreste mexicano, principalmente en la península de Baja California.

En entrevista, la autora principal Christian Domínguez explica cómo La Niña aumenta la peligrosidad por ciclones tropicales y, consecuentemente, los costos asociados: “Es mucho más costoso porque impactan mucho más ciclones tropicales que en otra condición, ya sea Neutro o Niño. El Niño de hecho los inhibe, por eso es que casi no hay costos del lado del Atlántico. Sin embargo, en La Niña intensa existen  condiciones ideales para que aumente  la convección tropical”.

Fig. 1 Anomalías de riesgo climático, en probabilidad, durante años intensos de (1) El Niño (2) fase neutral (3) La Niña

Un último resultado que revelaron los registros de 1981 a 2017 fue que el sur, el noroeste y el Golfo de México han experimentado un incremento de los días ciclónicos y las lluvias provocadas por los ciclones tropicales.

Sirva apuntar que ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) es el principal modulador de los patrones de precipitación y temperatura estacional en toda la zona tropical y subtropical de América. Este evento cíclico de enfriamiento (fase de La Niña) y calentamiento (El Niño) del agua superficial sobre las costas del Pacifico tropical trae grandes consecuencias para las lluvias y ciclones tropicales en México.

Mientras El Niño inhibe la formación de nubes sobre la zona tropical del Atlántico; La Niña, en cambio, impulsa su desarrollo. Adicionalmente, ENSO modula la actividad ciclónica; en particular sus trayectorias y tiempos de vida. Durante La Niña se espera que la actividad en el Mar Caribe y el Golfo de México sea por arriba de lo normal, viceversa para El Niño.

Con ello, ENSO incide en la precipitación y los días ciclónicos sobre ciertas regiones de México. Cabe mencionar que otros fenómenos atmosféricos de gran escala, como la Oscilación Multidecadal del Atlántico, pueden intervenir en la formación de ciclones tropicales.

México: Muy vulnerable socialmente a los ciclones tropicales

Cada año, el territorio mexicano padece la llegada de numerosos huracanes, tormentas y depresiones tropicales. Aunque juegan un rol esencial en el ciclo hidrológico de las regiones más áridas y contribuyen con hasta el 50% de la lluvia estacional; la lluvia extrema que producen es altamente peligrosa. Este artículo científico, publicado el noviembre pasado, halló que aproximadamente la mitad de los días ciclónicos sobre las costas del Golfo de México fueron ocasionados por ciclones tropicales durante el periodo de estudio.

Los ciclones tropicales pueden generar altas pérdidas económicas, enfermedades y mortalidad, a causa de sus fuertes vientos, lluvias intensas, inundaciones repentinas y posibles mareas de tormenta. Durante el período 1929-2013, siete de los 10 mayores desastres en México están asociados con ciclones. En promedio, representan 86.5% de los costos nacionales de desastres al año.

La Dra. Domínguez nos comparte de dónde nació el interés por este fenómeno: “La idea surge porque estuve en el Instituto de Geografía por cuatro años. Ahí casi todos los estudios que se habían hecho estaban centrados en inundaciones o en sequías. Cuando egresé del doctorado, yo me quedé con esa espinita de saber: Bueno, ¿y qué pasa con los ciclones tropicales? ¿Qué pasa con la lluvia provocada por los ciclones tropicales?”.

Una perspectiva heterocrómica: Un ojo meteorológico y otro social

Los nombrados desastres naturales, en realidad, no son por completo naturales. Son construidos socialmente porque, apunta Domínguez, “hay una parte social que depende totalmente de nosotros [como sociedad]. Si tú reduces esa parte social, esa vulnerabilidad, entonces los costos de los desastres van a ser menores”. Por ello, el artículo propuso explorar el riesgo climático desde una perspectiva que contemple la ciencia básica y la social.

La investigación comenzó construyendo un índice nacional de vulnerabilidad social, considerando el grado de marginación local y de rezago social. Esto se realizó a partir de la revisión de métricas de INEGI y CONABIO, sobre la pobreza, acceso a la educación, fragilidad de la vivienda, los ingresos económicos y acceso a servicios en México.

También la investigadora reconoce limitaciones de este proceso científico: “Una, yo creo que es de las más importantes, es que la información social es muy escasa. Y es cuantificada cada diez años y entonces hay un montón de variables sociales que no son cuantificadas o que están desactualizadas”. Variables que no fueron contempladas para el índice; como los deterioros ambientales que aumentan la vulnerabilidad o el grado de preparación de las comunidades para responder a desastres.

Fig. 2 (1) Marginalidad local, en probabilidad (2) Rezago social, en probabilidad (3) Índice de vulnerabilidad social, en porcentaje

Su siguiente paso fue evaluar la probabilidad de días ciclónicos, con datos del periodo 1981-2017. Luego, acoplaron estos valores con el índice de vulnerabilidad social; cuya probabilidad resultante es una estimación del grado de pérdidas por ciclones en un año determinado. Bautizaron como riesgo climático a esta interacción de las variables atmosféricas con las condiciones sociales.

Por último, exploraron el riesgo a lo largo de años intensos del ENSO. “Vimos diferentes años de ENSO con Niño, Niña y Neutro y vimos cómo cambiaba el riesgo. Si aumentaba o disminuía o qué pasaba”. En su artículo, puntualizan que las aproximaciones encontradas no deben interpretarse como pronósticos de huracanes; sólo sugieren dónde y cuándo los desastres por ciclones tienen mayores posibilidades de ocurrir.

Fueron validados los resultados, comparándolos con una base de datos sobre costos por desastres registrados en México, en los mismos años. Dichas estadísticas arrojan información interesantes. La experta explica: “Ya no lo mencionamos ahí [en el artículo], pero se gasta más de dos mil millones de dólares en la fase de La Niña. En cambio; en el Neutro lo interesante es que casi toda la costa del Pacífico, de norte a sur, tiene costos asociados. Y cuando menos gastamos es en los Niños, ahí solamente una parte del noreste y la parte del sureste se gasta cierto dinero”.

Fig. 3 Costos promedio de desastres por estado, en millones de dólares, en años intensos de a) El Niño (b) fase neutral y (c) La Niña

De la Ciencia a las políticas públicas

Que los tomadores de decisiones conozcan las regiones mexicanas donde haya mayores probabilidades de ocurrir desastres por ciclones tropicales, puede fomentar una mejor preparación para encararlos y prevenirlos. La disminución de los costos de desastres involucra identificar estas regiones vulnerables y desarrollar políticas bien informadas, apuntan en la investigación.

Es evidente la necesidad de contar con más datos y estudios que definan bajo qué condiciones, naturales y sociales, varía el riesgo climático regionalmente. Desde el punto de vista de la especialista, las futuras investigaciones deberán incorporar más variables no contempladas; desde características de los ciclones —como su categoría, tamaño, velocidad de traslación, etc. — hasta más condiciones sociales, como la percepción poblacional del riesgo y el nivel de preparación local para encarar peligros de manera efectiva.

Por último, las autoras sostienen en el artículo que la comunidad científica necesita familiarizarse con la vulnerabilidad y el riesgo y no sólo enfocarse en los peligros naturales, para alcanzar los objetivos de las agendas internacionales sobre riesgo, como el Marco de Sendai. Comenta Domínguez “Este tipo de fenómenos naturales por lo regular, son objeto de investigación que una vez publicada  ahí se queda. Entonces la idea de los tres era que si esto se puede aterrizar, en un futuro, en tomar mejores decisiones; sería lo ideal”.

Enfatiza la necesidad de un proceso generacional en la que ya no sea posible centrarse exclusivamente en la parte científica: “Se tiene que incluir la respuesta de la sociedad, porque en un futuro cuando estén latentes los efectos del cambio climático este tipo de resultados son los que deben de servir para la toma de decisiones, insisto. No podemos seguir pensando sólo en el comportamiento natural de los fenómenos meteorológicos, en el que se encuentra una relación con el ENSO y con eso basta. ¿Y luego esta información cómo le sirve  a las comunidades? ¿Qué les dices?”

Finalmente la investigadora recomienda consultar fuentes oficiales, como Protección Civil o el Servicio Meteorológico Nacional, para informarse sobre los riesgos de los ciclones. Concluye: “Se invita a toda la población a que este artículo lo tomen como una reflexión para ver qué tanto estamos informados y educados acerca de los fenómenos hidrometeorológicos que afectan a cada región”.

Puedes revisar todos los detalles de artículo Are the socioeconomic impacts associated with tropical cyclones in Mexico exacerbated by local vulnerability and ENSO conditions? publicado en International Journal of Climatology: https://www.atmosfera.unam.mx/are-the-socioeconomic-impacts-associated-with-tropical-cyclones-in-mexico-exacerbated-by-local-vulnerability-and-enso-conditions/