Patricia López Suárez | Gaceta UNAM
Para intercambiar experiencias, discutir problemáticas y retos comunes en aspectos técnicos, organizacionales y de financiamiento, 24 instituciones académicas y gubernamentales participaron en el Primer Encuentro Redes de Monitoreo en México, organizado por la Coordinación de la Investigación Científica y los institutos de Geofísica (IGf) y de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM.
Las redes de monitoreo son el registro de la memoria de lo que va pasando en el país en términos del medio ambiente, resumió Jorge Zavala Hidalgo, director del ICAyCC.
“Se hacen registros del clima, de fenómenos geofísicos, como sismos, actividad volcánica, desplazamientos de la corteza terrestre o el nivel del mar. También de la presencia de efectos extremos, concentraciones de gases de efecto invernadero o de contaminantes en la atmósfera, cobertura vegetal, vientos, precipitaciones y sequías. De tal manera que tienen una importancia fundamental para el registro histórico del medio ambiente de nuestro país”, señaló en el Auditorio José Luis Sánchez Bribiesca de la Torre de Ingeniería.
Al inaugurar el evento, junto con José Luis Macías Vázquez, director del IGf, comentó que, mientras quienes realizan investigación van al sitio de estudio y toman muestras durante un tiempo para luego interpretar los datos, las redes de observación buscan vigilar las mismas variables durante largos periodos en el mismo lugar, generando un tipo de información indispensable para el registro.
“Hay eventos que sin estas redes de monitoreo no los podemos registrar, porque no sabemos cuándo sucederán. Si de repente ocurre un huracán, sismo, sequía u otro fenómeno extremo, no tenemos un parámetro con el cual ir comparando”.
Reconoció que las redes de monitoreo tienen una problemática enorme que va desde instalar los equipos, configurarlos, mantenerlos en operación, transmitir la información, almacenarla y desplegarla en sitios web.
“Quienes están a cargo de estas redes realizan actividades similares, aunque sean para variables diferentes. Este es el objetivo de que estemos todos aquí, para intercambiar experiencias, conocernos y buscar sinergias. Se requiere gente muy preparada para operar estas redes. Es más barato tener a nuestros especialistas que contratar servicios externos”, indicó.
José Luis Macías Vázquez consideró que este primer encuentro, celebrado el 4 y 5 de junio en la UNAM, ha sido una gran oportunidad para compartir experiencias a nivel nacional y estatal, además es importante para analizar cómo se puede mejorar la situación de los equipos y sistemas de monitoreo.
Se dijo muy contento por haber logrado una amplia participación de 24 instituciones académicas y gubernamentales, y deseó que este primer encuentro se repita.
Dos servicios fundamentales
El Servicio Sismológico Nacional (adscrito al IGf de la UNAM desde 1929), y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) (dependiente de la Comisión Nacional del Agua a nivel federal) son dos sistemas de monitoreo y fuentes de información esenciales para conocer, estudiar y medir fenómenos naturales del país.
Con una red de 70 observatorios a lo largo de todo el país, el Servicio Sismológico Nacional –que hace un reporte de localización, magnitud y características de los sismos a las autoridades y al público en general, y resguarda 115 años de datos– tiene un sistema relativamente robusto, aunque poco denso en comparación con Japón, Chile, Estados Unidos y Costa Rica, dijo Arturo Iglesias Mendoza, jefe de ese servicio.
La Red de Banda Ancha del Sismológico está distribuida en toda la República Mexicana para el monitoreo continuo de los fenómenos sísmicos. La integran 62 observatorios sismológicos estándar que tienen, cada uno, un sismómetro, un acelerómetro y un digitalizador de 24 o 26 bits que permiten almacenar de forma local la información generada y enviarla a través de los distintos medios de comunicación usados.
Además, cuenta con 43 sistemas GNSS (Sistema Global de Navegación por Satélite) para el monitoreo del desplazamiento. Los observatorios se localizan primordialmente en las costas del océano Pacífico, Golfo de México y Eje Neovolcánico.
Fabián Vázquez Romaña, coordinador general del SMN, explicó que éste tiene dos grandes áreas, complementarias, para su operación: la Gerencia de Redes de Observación y Telemática, que es una red de redes. Cuenta con una receptora de estaciones del satélite GOES (Geoestacionario Operacional Ambiental), una red de estaciones meteorológicas automáticas, radares meteorológicos, estaciones de rayos sondeo y observatorios meteorológicos.
“Tiene 387 puntos de observación a lo largo del territorio nacional. Hay regiones densamente pobladas como el Valle de México, pero en otras tenemos complicaciones para documentar y medir, por ejemplo, en la Sierra Madre Occidental en el Pacífico”.
Las estaciones meteorológicas automáticas miden variables como temperatura, presión atmosférica, radiación solar y rapidez del viento, concluyó.
Vía: Gaceta UNAM
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