La ciudad de Puebla y el cambio climático

Cecilia Conde Álvarez, Saberes y Ciencias

Cecilia Conde, Mary Carmen Flores y Juan Pablo Báez Vásquez | Saberes y Ciencias – La Jornada de Oriente


Variabilidad y cambio climático
Si algo caracteriza al clima de este planeta es su cambio

Hay cambios en el clima que se han dado en cientos o miles de años, y cambios que se dan en periodos de tiempo de años, meses o días. Quienes han vivido más de 20 años en algún sitio, saben perfectamente el contraste entre las estaciones del año. Su armario es testigo de ese conocimiento: ropa para invierno o para verano, para épocas lluviosas. Por supuesto, han vivido también experiencias de días que esperan calurosos, y resultan muy fríos, o tardes en las que no esperan lluvias y estas resultan torrenciales. Por ello se dice que “el clima es lo que esperas, y el estado del tiempo es lo que obtienes”. Nuestra vestimenta estacional evidencia nuestro conocimiento del clima, y los eventos que se salen de ese conocimiento son manifestaciones del estado del tiempo. Ninguno de esos eventos se atribuye a cambio climático, son parte de lo que se llama variabilidad natural.

El clima es caracterizado por esos 20 o 30 años de experiencia, o, para los estudiosos del clima, de registros de temperatura, precipitación, vientos (entre otras variables) promediados en esos periodos de tiempo. Los abuelos les platican a sus nietos cómo eran las estaciones del año en su época, con condiciones que esos nietos no han vivido. Ese contraste sí puede indicarnos cambios en el clima local o regional.

Ahora sabemos que el cambio climático global es inequívoco, basándonos en la comparación entre los registros de los siglos diecisiete o dieciocho con la época actual. El planeta se ha calentado cerca de un grado centígrado, el nivel del mar ha aumentado, y los glaciares terrestres se han derretido. Ese calentamiento es producto de que están cambiando las concentraciones de ciertos gases que llamamos de “efecto invernadero”, justo porque calientan a la atmósfera, a la superficie de la Tierra, y a los océanos.

El cambio actual en la composición atmosférica se debe a acciones humanas, como la quema de combustibles fósiles y los cambios en el uso del suelo (fundamentalmente la deforestación). Por esas acciones se están emitiendo los gases de efecto invernadero, que ni los bosques ni los océanos pueden remover, así que su concentración aumenta, calentando al planeta desde hace más de 200 años.

Los patrones de lluvia también han cambiado, ya sea en su inicio, en su duración o en su intensidad. Desde los años setenta, los huracanes son cada vez más intensos, y en algunos sitios las sequías también han llegado a ser más duraderas.

En México se han hecho estudios de los aumentos de las temperaturas máxima y mínima, o cambios en la cantidad de lluvia esperada, que en algunas regiones puede menor, aunque también han aumentado las lluvias torrenciales.

El estado de Puebla no es ajeno a esos cambios. Diversos estudios, como la “Síntesis de estrategia para mitigación y adaptación (2011?1)”, reportaron los cambios observados en sus diferentes regiones. También se presentaron los posibles cambios futuros (para mediados o finales de este siglo) con los conocimientos más avanzados en esa década.

Esos cambios a futuro se denominan escenarios. Significa que no son pronósticos, sino que son posibles futuros si continúan o se acentúan la quema de combustibles fósiles y las altas tasas de pérdida de bosques y selvas. También hay escenarios que indican que se puede amortiguar ese cambio si, por el contrario, a nivel global se transita a energías alternativas, y se impulsa conservación y restauración de zonas verdes.

Esos escenarios de cambio climático son generados por las más grandes instituciones de investigación en el mundo (en Europa, Estados Unidos o Japón). Los países menos desarrollados en ciencia y tecnología, como México, somos usuarios de los resultados que esas instituciones elaboran y los adecuamos a nuestros estudios.

La Ciudad de Puebla y su clima

Antes de presentar algunos futuros posibles, describamos qué es lo esperado en la Ciudad de Puebla. A la región en donde se encuentra la ciudad le corresponde un clima templado subhúmedo con lluvias en verano. Como se aprecia en la siguiente gráfica, la temperatura máxima de verano puede estar por encima de los 27°C, y las lluvias máximas se presentan en junio y septiembre (Figura 1).

Figura 1. Promedios de 30 años (1981 – 2010) de temperaturas (mínima, media, máxima, y precipitación para la Ciudad de Puebla. Fuente: Conagua. [https://smn.conagua.gob.mx/es/climatologia/informacion-climatologica/climogramas-1981-2010]

Con las series de datos más largas, se pueden analizar los valores año con año.  En una estación meteorológica de la Ciudad de Puebla (estación 21035) con registros entre 1952 a 2015, se observa que la temperatura máxima anual se está incrementando, particularmente en los últimos años. Algo similar se observa para lluvia anual. Las lluvias totales por año se han dado entre los 500 mm por año (años secos) y cerca de los 1500 mm por año (años muy lluviosos). Según las estadísticas del Servicio Meteorológico Nacional, en esa estación las lluvias máximas por año se han incrementado en un 15 por ciento entre 1950 y 2019.

Ejemplos de escenarios de cambio climático para Puebla

La Organización Meteorológica Mundial y las Naciones Unidas alertan sobre esos cambios observados y proyectados a futuro, por lo que diversas agencias del clima (como el Servicio Meteorológico Nacional), universidades e institutos se han dado a la tarea de documentar lo observado y de proponer, con la mejor ciencia existente, los posibles futuros.

Para construir escenarios de cambio climático regional, es necesario establecer la variable (temperatura o precipitación, por ejemplo), el modelo climático que se empleará, el forzamiento del clima por los aumentos en las concentraciones de gases (RCP) y el horizonte de tiempo: cercano (para 2030), medio (a medidos de siglo) o lejano (finales de siglo).

Por ejemplo, utilizando un modelo climático elaborado en el Reino Unido (HADGEM2_ES) se obtiene un escenario muy adverso para la ciudad poblana a finales de siglo (2075 – 2099). Sería un forzamiento RCP 8.5, durante el mes de agosto. La temperatura máxima podría incrementarse en más de 6 grados centígrados, y la precipitación puede decrecer en ese mes entre 50 a un 70 por ciento (figura 2). Una barbaridad.

Figura 2. Temperatura máxima proyectada al mes de agosto para el municipio de Puebla, años 2075 – 2099.Modelo inglés (HADGEM2-ES), forzamiento RCP8.5
Figura 2. Temperatura máxima proyectada al mes de agosto para el municipio de Puebla, años 2075 – 2099.Modelo inglés (HADGEM2-ES), forzamiento RCP8.5

En general, para la Ciudad de Puebla los escenarios de cambio climático para mediados y finales de siglo apuntan a que la temperatura seguirá aumentando, y que los patrones de precipitación cambiarán a condiciones más extremas. Esas condiciones pueden provocar graves afectaciones en el bienestar, en la salud, en el consumo energético de la población urbana, entre otros impactos negativos.

A partir del proyecto conjunto BUAP–UNAM, se elaboraron escenarios de cambio climático para el estado de Puebla. Esa información estará disponible en Departamento de Investigaciones Arquitectónicas y Urbanísticas (DIAU) de la BUAP. Para el municipio de Puebla, incluyendo su ciudad, se podrá consultar esa información en la página [http://urban.diau.buap.mx/escenarios.php]. Esperamos que sea de utilidad para estudios de impactos y evaluaciones de vulnerabilidad regional y sectorial. Esa información puede ser la base para estrategias de reducción de los riesgos futuros que entraña el cambio climático.

1 http://rema.puebla.gob.mx/sites/default/files/files/Sintesis_de_la_Estrategia_de_Mitigaci%C3%B3n_y_Adaptacion_del_Estado_de_Puebla_ante_el_Cambio_Climatico_red_0.pdf

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