Contaminación acústica

Saberes y Ciencias

Santiago Jesús Pérez Ruiz | Saberes y Ciencias – La Jornada de Oriente


La contaminación urbana por ruido se refiere al efecto de sonidos de un nivel excesivo sobre la salud y bienestar del ser humano. Se emplea el término ruido para enfatizar su efecto perturbador y molesto, aunque una definición estricta de ruido es elusiva. Hay que subrayar que el efecto nocivo del ruido no solo es proporcional a su nivel, sino también hay que tomar muy en cuenta la duración de la exposición. La investigación del impacto ambiental del ruido ha superado la dificultad de establecer la relación causa–efecto y actualmente se reconoce como unos de los principales contaminantes del entorno urbano1.

Las diferencias del ruido en relación a otros contaminantes son:

  • Su producción y emisión requiere muy poca energía.
  • Aunque se percibe por sólo un sentido, el oído, en realidad la percepción sonora es un mecanismo fisiológico en el que participan distintas áreas del sistema nervioso (tallo y corteza cerebral, etcétera), por lo que su impacto en la salud, por exposición prolongada, puede ser de consideración.
  • Su medición y cuantificación es compleja.
  • Aunque, su radio de acción es inferior al de otros contaminantes, la acción simultánea de múltiples fuentes sonoras, multiplica su radio de acción.

Actualmente, se sabe que los efectos en la salud por la exposición al ruido provocan problemas de salud auditivos y no auditivos, tales como enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo, trastornos del sueño y de aprendizaje2.

Los estudios epidemiológicos sobre el efecto del ruido en la salud iniciaron en el ámbito laboral, ya que la sordera y el deterioro de la compresión del lenguaje era la enfermedad laboral de mayor incidencia en los trabajadores (pese a los avances en su regulación, aún ahora sigue siendo la primera causa de incapacidad laboral a nivel mundial3). El estudio epidemiológico del efecto del ruido en el ámbito laboral tuvo como consecuencia una regulación estricta en la industria, en los países más desarrollados, tanto en el lugar de trabajo como en los productos que se fabrican. Sin embargo, surgió otro aspecto que complicó la situación en el ámbito urbano: La creciente demanda de transporte de las urbes y asentamientos cada vez más poblados. En síntesis, la causa principal de la contaminación ambiental por ruido no es la industria sino el transporte (autos, camiones, trenes, aviones). En consecuencia, como las necesidades de transporte están asociadas al crecimiento de las urbes, se potencializa el problema y de no contralarlo ganaría dimensiones catastróficas4.

Actualmente, la pérdida auditiva inducida por el ruido se considera que es un problema de salud pública. Un estudio de la OMS5, estimó que mil 300 millones de personas se ven afectadas por la pérdida de audición y los investigadores calificaron la pérdida de audición como el 13º contribuyente más importante a los años globales vividos con discapacidad (YLD, años viviendo con discapacidad por sus siglas en inglés). La pérdida auditiva en adultos, no relacionada con un proceso específico de enfermedad, representó el 79 por ciento. En los Estados Unidos y Europa, el 26 por ciento de los adultos tienen un trastorno auditivo bilateral que perjudica su capacidad de oír en entornos ruidosos, y un 2 por ciento más tiene problemas auditivos unilaterales sustanciales. La prevalencia, ajustada por edad, es similar en Asia. La OMS estima que el 10 por ciento de la población mundial está expuesta a niveles de presión sonora que podrían causar pérdida auditiva inducida por el ruido. En alrededor de la mitad de estas personas, el daño auditivo puede atribuirse a la exposición a ruido intenso.

El tinnitus (cambio en la percepción del sonido, como zumbido o campanilleo, y que no se puede atribuir a una fuente externa), a menudo proviene de la exposición a ruido agudo y crónico, y persiste en una alta proporción de individuos afectados. El tinnitus puede afectar la calidad de vida de varias maneras, incluyendo la alteración del sueño, la depresión o la incapacidad de mantener la atención. El hecho de que la pérdida auditiva y el tinnitus se presentan en combinación sugiere que ambos síntomas comparten vías fisiopatológicas comunes.

Para enfrentar el problema, la OMS ha recomendado las siguientes acciones:

  1. Reconocer al ruido como un contaminante importante.
  2. Legislar sobre todos los aspectos que inciden en el problema de ruido.
  3. Cuantificar la población afectada (mapas, mediciones, investigación) y su costo.
  4. Planeación cuidadosa del uso del suelo /vías de comunicación.
  5. Dotar a las edificaciones (viviendas, escuelas, hospitales, etcétera) de una mejor protección (aislamiento) contra el ruido.

En nuestro país es poco el esfuerzo que se ha realizado hasta ahora, incluso la norma mexicana de ruido, la NOM 0816, está enfocada al control de fuentes de ruido fijas, ignorado la principal fuente de contaminación por ruido, que son todos los medios de transporte. De los pocos datos que se han ido recabado en diferentes estudios realizados en México7,8 se ha encontrado que los niveles de ruido se encuentran por encima de los valores recomendados por la OMS; es decir, mayores a 70 decibeles, pero por su dependencia con el flujo vehicular este nivel irá en aumento en las grandes ciudades como Puebla.

  1. Berglund B., Lindavall H., Diedrich H. (1999). Guidelines for Community Noise. Union Europea: WHO.
  2. Basner M., Babisch W., et al. (2014). Auditory and non-auditory effects of noise on health. THE LANCET, 283, 1325-1322.
  3. Tak S, Davis R, Calvert GM. (2009). Exposure to hazardous workplace noise and use of hearing protection devices among US workers in 1999-2004. American Journal of Industrial Medicine, 52, 358-371.
  4. Can A. et al. (2020). The future of urban sound environments: Impacting mobility trends and insights for noise assessment and mitigation. Applied Acoustic, 170, 1-8.
  5. Lin Fritschi, Editor (2011). Burden of disease from environmental noise. Unión Europea: WHO.
  6. NOM-081-ECOL-1994, Que establece los límites máximos permisibles de emisión de ruido de las fuentes fijas y su método de medición.
  7. Ruíz-Boullosa R., Pérez-Ruiz S. J. (1987). An exploratory study of community noise level in México city. Applied Acoustics, 22(4), 271-280.
  8. German-González M. (2009). Análisis del ambiente sonoro y de la reacción humana al ruido en espacios urbanos de la ciudad de. México: Tesis doctoral Fac. Arquitectura, UNAM.
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