El primer alunizaje, un camino con nubes y relojes

Arón Jazcilevich Diamant

Apoyado en la metáfora utilizada por el filósofo Karl Popper para hablar sobre el problema del determinismo y del indeterminismo, y así proponer una tercera vía, el Dr. Arón Jazcilevich Diamant, del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la UNAM, expuso en el marco del Foro Viajeros y Viajes: Hernán Cortés, Leonardo Da Vinci, Exilio Español y Apolo XI una serie de hechos históricos que prepararon la llegada del ser humano a la Luna hace cinco décadas.


Sandra Vázquez Quiroz   | El faro – CIC UNAM


En la conferencia “De nubes y relojes: a 50 años del alunizaje”, Arón Jazcilevich evocó a Popper para destacar que el alunizaje estuvo marcado por la precisión tecnológica de sistemas físicos regulados y predecibles, así como por contradicciones, sueños y anhelos. “Escogí este título porque mucho de lo que hace el ser humano tiene partes de relojes y parte de nubes”.

Contexto para llegar a la Luna

El experto en modelación sobre calidad del aire del CCA destacó que varios hechos fueron preparando el alunizaje de la nave Eagle. Por un lado, los chinos, en el siglo X, utilizaron cohetes con propósitos bélicos, cuya tecnología sentó las bases para la investigación de años futuros. En la Unión Soviética, el teórico Konstantin Tsiolkovsky, considerado el padre la cosmonáutica, diseñó en papel un modelo de nave espacial y propuso una ecuación para la masa inicial y la masa final utilizando la segunda ley de Newton. Sin computadora, solo con lápiz y papel, pudo deducir la creación de los cohetes multietapa impulsados por combustibles como hidrógeno y oxígeno.

Tsiolkovsky solo teorizó, en cambio, el ingeniero espacial estadounidense Robert Goddard comenzó a experimentar con estas ideas y propuso algunos modelos de cohetes en 1915. Mientras tanto, en la Alemania Nazi se desarrollaron cohetes con fines bélicos por un joven ingeniero llamado Wernher von Braun, cuyos artefactos militares eran ambiciosos; por ejemplo, el A2 voló en 1934 con un empuje de 16,000 newtons y realizó otros diseños de alta potencia.

Años más tarde, varias nubes y relojes sacudieron la relación entre Estados Unidos y la Unión Soviética, dando paso a la denominada carrera espacial. El presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower, fundó la National Aeronautics and Space Administration (NASA) a partir de la National Advisory Committee for Aeronautics en 1958, a la que le encargó la construcción de cohetes y naves espaciales específicamente para propósitos civiles. Von Braun quedó al frente de este programa estadounidense y se  multiplicó el presupuesto para la construcción de los aparatos que surcarían el espacio.

Posteriormente, los presidentes John F. Kennedy, de Estados Unidos, y Nikita Kruschev, de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, competirían por llevar el primer ser humano a la Luna. En tanto, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la NASA discrepaban en torno a los sistemas de navegación que eran colocados dentro de las naves Apolo para mantener su contacto con la Tierra*. Por otro lado, el activista Ralph Abernathy y varias personas más protestaron por la inversión millonaria hecha por el Programa Apolo, mientras la desigualdad y el hambre continuaban en Estados Unidos y otras partes del mundo. 

De acuerdo con Arón Jazcilevich, el gobierno estadounidense propuso a Nikita Kruschev echar a andar la tecnología necesaria para que ambos países llegaran juntos a la Luna, propuesta que los soviéticos rechazaron. Este hecho provocó la carrera para llegar a nuestro satélite natural, con lo que se desarrolló tecnología que tuvo beneficios para el común de la gente.

En 1962, John F. Kennedy pronunció su recordado discurso en la Universidad de Rice, convencido de la posibilidad de llegar a la Luna. “Hemos decidido ir a la Luna en esta década, y también afrontar los otros desafíos porque esta meta servirá para organizar y medir lo mejor de nuestras energías y aptitudes, porque es un desafío que estamos dispuestos a aceptar, que no estamos dispuestos a posponer”.

Para ese momento, la nave Vostok 1 había colocado, en 1961, al cosmonauta Yuri Gagarin en el espacio exterior, mientras que en 1963, a bordo de la Vostok 6, Valentina Tereshkova había sido la primera mujer en orbitar la Tierra. Pero Estados Unidos no quería quedarse atrás y lanzó la nave Freedom, con la que colocó al astronauta Alan Shepard como el primer estadounidense en órbita, como parte del Programa Mercury. En Estados Unidos hubo tres programas de viajes tripulados: Apolo (Saturn I-V) 1961-1972; Gemini (Titan II) 1961- 1966; y Mercury (Redstone) 1958-1963, algunos de ellos tuvieron lanzamientos de cohetes en forma paralela.

Es en 1969 cuando Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins llegaron a la Luna en el módulo Eagle, convirtiéndose en los primeros humanos en estar en la superficie lunar y sentar las bases para posteriores investigaciones sobre nuestra compañera sideral.

Funcionamiento de un cohete espacial

Jazcilevich Diamant, quien es experto en modelación sobre la calidad del aire, destacó que los cohetes espaciales obedecen a la tercera ley de Newton, es decir, al principio de acción y reacción. Básicamente utilizan un motor de combustión que produce la energía cinética necesaria para que los gases se expandan.

Entre muchos de los beneficios que trajo la tecnología diseñada durante la carrera espacial, en particular la llegada del Apolo 11 a la Luna, cabe destacar la colocación de los espejos retrorreflectores que formaron parte del proyecto Laser Ranging Retro-Reflector (LRRR), las misiones Apolo 11, 14 y 15 fueron las encargadas de poner los dispositivos sobre la superficie lunar, a través de los cuales se realizaron mediciones de 1969 a 2009. La información recabada por este proyecto permitió conocer que la Luna se aleja de la Tierra 30 milímetros cada año y que el núcleo lunar es líquido.

Las investigaciones han permitido formular hipótesis y responder algunas interrogantes sobre el origen de la Luna y otras cuestiones sobre ella. Los viajes también consiguieron instalar sismómetros y se recolectaron muestras de polvo y de rocas que se han analizado en la Tierra. Después del Apolo 11 se enviaron seis misiones más con tripulación que alunizaron en distintas regiones; en total, doce astronautas contemplaron el paisaje selenita entre 1969 y 1972.

Jazcilevich Diamant destacó que la exploración lunar catalizó muchas de las tecnologías que facilitan la vida actual, como los circuitos integrados, los sistemas de posicionamiento global y las microcomputadoras.

Ahora se saben más cosas sobre la Luna, si las comparamos con las primeras descripciones hechas por Galileo en el siglo XVII, sin más tecnología que la de su catalejo perfeccionado por él mismo y con el que pudo contemplar valles, cráteres y cadenas montañosas.

Para el investigador universitario la exploración de la Luna otorgó a la humanidad algo más que respuestas sobre el propio satélite y el desarrollo tecnológico. Estableció que el ser humano posee, a pesar de sus contradicciones y limitaciones, la madurez intelectual para estar en ambientes hostiles, incómodos y solitarios, así como la capacidad de adentrarse en el espacio profundo y escapar de la Tierra.

Ante un escenario expectante por lo que pueda ocurrir en los siguientes años, Arón Jazcilevich trajo a la memoria la siguiente frase de Konstantin Tsiolkovsky: “La Tierra es la cuna de la humanidad, pero no podemos vivir para siempre en una cuna”.

* El MIT coloco el primer sistema Delta H en los sistemas de las naves que correspondían a la misión Apolo. Se trató de los sistemas de posición de la nave con el sistema telemétrico que se encontraba en la Tierra. El sistema de navegación basado en la Tierra tenía estaciones terrenas en California y España.

Algunos datos y ligas de interés
  • Una parte del Apolo 8 se llamó Saturno V y en esta liga puedes observar su despegue: http://bit.ly/2PQlktf
  • El Centro Espacial de Vuelo Marshall es uno de los más grandes de la NASA. Desde 1960 es un lugar donde se desarrolla ciencia y tecnología que han hecho posible la exploración espacial humana: https://go.nasa.gov/32jzmGz