Diana Saavedra | Gaceta UNAM
A medida que la temperatura global sigue aumentando los riesgos que enfrentan nuestras sociedades y sistemas naturales, éstos se transforman en desafíos cada vez más complejos; los fenómenos extremos como las sequías, las olas de calor y las tormentas intensas se hacen cada vez más frecuentes y severos, expresó Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM.
En la inauguración del XIV Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático y el VI Congreso Latino de Investigación en Cambio Climático, el economista mencionó que los cambios climáticos crónicos –como el aumento gradual de las temperaturas, la desertificación y la pérdida de biodiversidad– representan impactos de largo plazo que reciben menos atención de los medios, tomadores de decisiones y población en general; “sin embargo, éstos son responsables de la mayor parte de las pérdidas económicas y sociales asociadas al cambio climático; lo que pone mayor relieve en los riesgos de transición, es decir, aquellos relacionados con la transformación hacia una economía más sostenible y baja en carbono”.
El investigador destacó que para aprovechar las oportunidades y minimizar los riesgos es esencial que los esfuerzos de investigación y desarrollo científico se traduzcan en acciones concretas, coordinadas y alineadas con la realidad de cada región, lo que desempeñará un papel muy importante en la reducción de peligros y oportunidades que puedan surgir en medio de estos desafíos.
A su vez, José Manuel Saniger Blesa, secretario de Investigación y Desarrollo de la Coordinación de la Investigación Científica, precisó que el tema del cambio climático representa grandes riesgos para la humanidad, por lo que todos debemos estar alerta para saber cómo enfrentarlo, pues afecta en lo social, lo ambiental y económico.
El doctor en Ciencias Químicas especificó: “Es una gran demanda que nos hace la sociedad en general. No tenemos todas las respuestas, pero sí unas parciales que debemos ir articulando, alimentándonos de las preguntas e inquietudes, de los conocimientos que tenemos; el gran reto es articular todo esto para presentarlo de manera coherente y establecer una conversación fluida entre gobierno, sociedad y academia”.
El encuentro, agregó Saniger Blesa, tiene que ser un foro de discusión que vaya más allá de la descripción de los temas, de los problemas, para encontrar soluciones que podamos concertar entre todos los sectores.
Se cumplen este año 14 de la creación del Programa y del primer Congreso Nacional de Investigación en Cambio Climático, y a lo largo de este tiempo el encuentro se ha consolidado como uno de los eventos más importantes para la discusión de los desafíos climáticos en la región y el más grande en México.
En esta edición, al evento acuden siete países del mundo, tres estados de México, 28 universidades (19 nacionales y nueve extranjeras) y 121 participantes, quienes debatirán sobre los retos más emergentes para un mundo en transformación, subrayando la magnitud de los cambios que se experimentan en el contexto del cambio climático y el complejo panorama que enfrenta la sociedad tanto en el ámbito global como en el país.
Acciones que van despacio
La primera charla fue ofrecida por José Luis Samaniego Leyva, encargado de Cambio Climático y Desarrollo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, quien destacó que México ha emprendido acciones correctas para reducir su impacto ecológico, pero éstas van muy despacio.
Recordó que nuestro país emitió 716 toneladas métricas (Mt) de dióxido de carbono (CO2) en el 2020 y 714 en el 2021, valores 6 % menores a los registrados en 2019, en los que los sectores de energía y procesos industriales representan el 72 % de las emisiones de la nación.
Destacó que México tiene muchas vulnerabilidades que se superponen y en 2020 los fenómenos hidrometeorológicos causaron daños y pérdidas por un monto de 26 mil 573 millones de pesos; a esto se suma que algunos ecosistemas se han visto afectados en porcentajes muy elevados, por ejemplo, se han perdido el 46.6 % de los manglares y el 40.9 % de los bosques nublados.
Entre los principales retos, destacó Samaniego Leyva está el manejo alternativo del fuego y de la ganadería; además de la restauración de los bosques, ya que sólo en 2020 se registraron casi seis mil incendios forestales en las 32 entidades federativas del país.
Entre las estrategias clave para combatir el problema destaca la creación de nuevas áreas naturales protegidas, la implementación del llamado carbono azul; fomentar el trabajo remoto; mejorar el transporte ferroviario e impulsar más la economía circular, finalizó.
Vía: Gaceta UNAM REGRESAR