Retos y oportunidades en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático

Jorge Zavala Hidalgo

El pasado 16 de noviembre se efectuó el relevo en la dirección del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM. El Dr. Jorge Zavala-Hidalgo tomó las riendas de esta entidad universitaria, tras la gestión de la Dra. Telma Castro Romero.


Yassir Zárate Méndez | El Faro en línea


En entrevista con El faro en línea, el Dr. Zavala-Hidalgo aborda los retos que enfrenta el Instituto, así como el fortalecimiento de las líneas de investigación, la colaboración con otras instancias de la Universidad y gubernamentales y el relevo generacional en la plantilla.

De Centro a Instituto

Fue el 8 de septiembre de 2021 cuando el pleno del Consejo Universitario aprobó, por unanimidad, la transformación del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), en Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático.

Para el Dr. Jorge Zavala-Hidalgo, la transición de Centro a Instituto se dio luego de que la entidad alcanzara una madurez en sus diversas actividades.

Asentó que la investigación se ha ido consolidando, al tiempo que se ha incrementado la participación en la formación de recursos humanos, a través de la docencia, así como en otras tareas efectuadas al interior del Instituto, como la difusión y la vinculación con el sector público.

“Hoy, lo que tenemos que hacer es profundizar en estas actividades, para darles mayor alcance y mayor calidad, en particular en los temas relacionados con las investigaciones que aquí se realizan y en la divulgación. Hay muchas posibilidades de crecer en esta materia y una necesidad muy grande de llegar a más sectores sociales, para incidir en distintos aspectos de la vida nacional”, apuntó.

Las líneas de investigación

De acuerdo con el resumen del plan de trabajo 2021-2025, del ahora director del ICAyCC, disponible en la página de la Junta de Gobierno de la UNAM, “desde sus primeros años, se han venido desarrollando, entre otras, las siguientes líneas de investigación: Meteorología, Climatología, Contaminación atmosférica, Química atmosférica, Aerobiología y, pocos años después, el Cambio Climático. El ICAyCC le deberá dar continuidad a estas grandes líneas de investigación”.

—¿Cuáles serán las líneas de investigación que se fortalecerán durante su gestión? —se le inquirió al director del ICAyCC.

—Esa es una pregunta muy interesante y con mucha historia. Normalmente pensamos cuáles serían las líneas prioritarias de una gestión, y yo le contestaría de manera contundente que todas.

“Me parece que detrás de una intención genuina de tener líneas prioritarias, aquellas que quedan fuera del marco prioritario se ven afectadas, y esto ha ocurrido en algunos casos dentro de nuestra propia universidad. Con buena intención se busca darles prioridad a algunas áreas, pero el trabajo de algunos otros grupos queda relegado. Tenemos la propuesta de ser incluyentes, de considerar todo lo que se hace dentro del Instituto e ir consolidando cada una de estas áreas”, abundó.

Sostuvo que cada grupo de trabajo cuenta con una experiencia particular, a partir de su propio desarrollo. Algunas están consolidadas, y pasan por un momento muy productivo, mientras que otras tienen más áreas de oportunidad.

“El trabajo desde la Dirección será dar las condiciones para que cada uno de estos grupos y cada uno de estos sectores académicos encuentren las mejores condiciones”, añadió. Destacó que en el ICAyCC hay una enorme diversidad de líneas de investigación, de perfiles de los investigadores y de técnicos académicos. Ante esta diversidad, consideró indispensable “consolidar a cada uno de ellos, más que dar prioridad a uno u otro”. 
Sin embargo, apuntó que el tema de cambio climático, por ser un asunto emergente, con una gran demanda de formación nacional e internacional, plantea una atención particular, sin que eso signifique descuidar alguna de las otras áreas. Tal es el interés y la trascendencia del tema, que ahora el Instituto incluye al cambio climático en su nombre.

Los relevos generacionales

Cuando se constituyó en 1977, el Centro de Ciencias de la Atmósfera contaba con 54 académicos, incluyendo a 28 investigadores, 17 técnicos y 9 ayudantes de investigador. El panorama es muy distinto en la actualidad, al tener 53 investigadores; 35 técnicos académicos, once posdoctorantes, así como una cantidad importante de estudiantes asociados, incluyendo a tesistas y servicios sociales, a lo que se suman 58 trabajadores administrativos de base, seis de confianza y seis funcionarios.

Uno de los retos que ha enfrentado la Universidad Nacional es el de la renovación de sus plantillas de investigadores. Gracias a diferentes mecanismos, se ha consolidado un relevo generacional, que también ha alcanzado al ahora ICAyCC. 

“En nuestro Instituto, la incorporación de nuevos investigadores, como sucede en muchos sectores de la Universidad, depende en buena medida de los espacios que se vayan generando, ya sea porque algunos investigadores se van jubilando, retirando, o porque se consiguen nuevos espacios”, sostuvo el directivo.

Ahora bien, la demanda de nuevos espacios por parte de los jóvenes investigadores es enorme.

“Hay una gran cantidad de jóvenes, muy bien identificados dentro del Instituto, con mucha capacidad, con mucha energía y con muchas ganas de colaborar. Los espacios que tenemos son limitados, por lo que tenemos que ser muy cuidadosos de las políticas de nuevas contrataciones. Necesitamos un balance, buscando siempre gente con mucha capacidad, pero manteniendo el equilibrio del desarrollo de las distintas áreas de investigación del Instituto y no permitir que algunas áreas vayan debilitándose o desapareciendo”, describió.

Zavala-Hidalgo acotó que la renovación generacional está asociada al programa de jubilación digna del personal académico. En los últimos años, se ha ofrecido la oportunidad de jubilarse al personal que alcanzó una determinada edad, que además son pioneros de las áreas de investigación implementadas en la institución.
Ese mecanismo abrió la oportunidad para que se contratara a un grupo de jóvenes, que ya representa un porcentaje importante del personal académico y que tiene una incidencia notoria en las actividades del Instituto y en su transformación del Instituto.

Este proceso depende fundamentalmente de las propias jubilaciones, por lo que la distribución de edad del personal académico, tanto de técnicos académicos, como de investigadores, se modificó en los últimos años, gracias a este programa y al esfuerzo que hizo el Instituto.

Es así que ahora hay una mejor distribución, que ha dejado de estar sesgada hacia personas de mayor edad y actualmente muestra un mayor equilibrio de grupos de investigadores jóvenes, maduros y de mayor experiencia.

“Quizá hay un hueco en los maduros, porque hubo una época en que no existía este programa y por lo tanto hubo pocas contrataciones; también eso hay que tenerlo presente y hay que atenderlo. Pero, en forma natural, la gente alcanza una edad y se jubila, y se irá sustituyendo por gente joven. Se trata de un proceso en el que estamos alcanzando una condición de equilibrio, pero hay que cuidar que esto evolucione de la manera que estamos esperando”, expresó.

La infraestructura del Instituto

Sobre la infraestructura y el equipamiento del Instituto, Zavala-Hidalgo reconoció que hay varios aspectos por consolidar.

“Tenemos una situación muy heterogénea en la infraestructura. Contamos con laboratorios muy bien equipados, bien organizados y otros donde no tenemos esa condición, además de otras áreas que se necesitan mejorar. Lo primero es buscar que todos los grupos de investigación tengan las condiciones adecuadas. Eso es lo primero. Algo muy importante es buscar el uso óptimo de los equipos, de la infraestructura con la que contamos, porque son equipos muy caros, que requieren muchos recursos para su mantenimiento y operación”, explicó.

En esa línea, se pronunció por hacer un uso óptimo de esos equipos, que incluya compartirlos entre los diferentes grupos de investigación para acrecentar la colaboración y mejorar la comunicación.
Así, un primer eje sería la remodelación y la adecuación de las áreas del Instituto que no han sido adecuadas desde hace muchos años; un segundo eje consiste en dar un uso óptimo a la infraestructura y a las capacidades; un tercero busca aumentar las capacidades de infraestructura y de espacios. “Hay que combinar estas estrategias e ir avanzando simultáneamente en cada una de ellas”, sentencia.

Asimismo, bajo su gestión se buscará aumentar la presencia dentro y fuera del campus de Ciudad Universitaria, en el marco de las posibilidades del plan de desarrollo de la Universidad, así como en la medida en que sean capaces de justificar la importancia de crecer en las áreas en que trabajan.

La interacción con otras instancias y dependencias

Desde su creación, primero como Centro de Ciencias de la Atmósfera, y ahora como Instituto, esta entidad ha tenido un estrecho contacto y una amplia colaboración con otras dependencias, tanto de la UNAM, como de otras instituciones educativas y de investigación, así como dependencias gubernamentales de todos los niveles.

“En este momento se tiene mucha colaboración con otras dependencias y hay que continuar en este camino e incrementarlo. Fundamentalmente se da a través de proyectos o de acciones concretas. Tenemos que identificar con quiénes podemos implementar determinadas actividades e irlas impulsando”, externó.

Destacó que, en forma natural, tienen una estrecha colaboración con los institutos de Geofísica, Geología, Ciencias del Mar y Limnología, Biología y Química, además de las facultades de Ciencias, Ingeniería y Química, pero también con otras de una vocación diferente, como la Facultad de Artes y Diseño, ubicada en Xochimilco.

“Con ellos ya establecimos comunicación. Tienen identificados algunos temas con una gran posibilidad de crecimiento. Se trata de asuntos que nosotros investigamos, como el cambio climático, la calidad del aíre, sus impactos en la salud, la química atmosférica o la complejidad de los gases que se observan en la atmósfera, particularmente aquellos que son contaminantes o que son gases de efecto invernadero. Todo esto ofrece muchas posibilidades para diseñar productos de difusión y de educación continua”, describió el director del ICAyCC.

En relación con el cambio climático se buscarán colaboraciones con las facultades de Arquitectura, Ingeniería y Veterinaria, por su relación con temas como el agua, y los cambios de la temperatura, entre otras áreas.

“Tenemos que buscar ese tipo de colaboraciones para potenciar nuestras actividades”, concluye.

En cuanto a instancias gubernamentales, resalta el acercamiento que se ha tenido con dependencias como la Semarnat, la Comisión Nacional de Áreas Protegidas o la Conafor. “Hay una gran cantidad de áreas del sector ambiental con quienes se puede tener colaboración”, recalcó.

A eso suma aportaciones en materia de protección civil relacionadas con alertas tempranas sobre inundaciones o sequías. “Hay que diferenciar entre un evento que puede tener características catastróficas y uno que no lo tiene, porque tampoco queremos sobre alertar. Es un tema de investigación muy complejo que nos interesa mucho fortalecer y que también le interesa al sector público, como es el área de protección civil”.

Destacó que en el Instituto se realizan numerosas actividades de difusión de la ciencia, que si bien son de gran calidad, “tienen poco alcance en cuanto al número de personas a las cuales llegan. Tenemos que hacer un esfuerzo  en varios sentidos. Desde luego muchas de las cosas que hacemos pueden ayudar al área de protección civil. Ya tenemos acercamientos, colaboraciones con ellos en alerta temprana, inundaciones o sequía; todo lo que normalmente se habla de cambio climático”.

A esto se suma la estrecha colaboración con el Gobierno de la Ciudad de México, que se ha tenido desde hace muchos años, a la que calificó como “muy exitosa”.

Sin embargo, consideró que se debe continuar con ese trabajo e incluso dar un paso más para hacer frente a los nuevos retos que tiene ante sí el Valle de México, y no solo para la entidad federativa Ciudad de México, sino toda la zona metropolitana.

Acciones en materia de equidad de género

El director del ICAyCC aseguró que en los últimos años se han implementado varias acciones en materia de equidad de género.

“Hay una comisión de género que da seguimiento a los lineamientos y acciones en todos los aspectos, incluyendo educación,  divulgación,  prevensión, que implementa la Universidad. Tenemos también una colaboración con los institutos del área de ciencias de la Tierra. Lo más importante es educar y tomar medidas preventivas”.

Recalca que se ha avanzado en la equidad, aunque todavía deben reforzar distintos indicadores, como el de la proporción de investigadores y técnicos académicos por género. En cambio, subraya que se ha avanzado más rápido en el rubro de estudiantes.

Con esta perspectiva, el Dr. Jorge Zavala-Hidalgo confía en que el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático cumpla con las metas que se ha trazado para los siguientes años.

Fuente: El Faro en línea