Reconstrucción del campo termohalino para el Golfo de México

Atmósfera sin Fronteras
landscape photograph of body of water

Con esta metodología se obtiene una comprensión del campo de temperatura, salinidad y corrientes, que permitiría estimar flujos de calor, sal y energía así como calcular el potencial de calor de los ciclones tropicales. Esto es importante para el pronóstico de huracanes pues ayuda a mejorar las predicciones de condiciones oceánicas que impactan directamente a las actividades industriales que se hacen mar adentro.


Por Luciana Bretón (Becaria UVICC-ICAyCC) | Atmósfera sin fronteras

El pasado 9 de septiembre, se llevó a cabo el seminario semanal del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático. 

En esta ocasión, la doctora Paula Pérez Brunius, investigadora del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) presentó los resultados del uso de la metodología Gravest Empirical Models o GEM con la cual, a través de datos satelitales de altimetría, así como de salinidad y temperatura tomados in situ, se pueden  modelar las condiciones de salinidad,  temperatura y velocidades de las corrientes del Golfo de México, y con ello estudiar los remolinos que se forman en este cuerpo de agua.

El Golfo de México tiene una dinámica compleja que está dominada por  la Corriente del Lazo, esta circulación, que forma parte del giro subtropical Atlántico, entra por Yucatán y sale por el estrecho de Florida, transportando agua marina cálida a velocidades altas. Se caracteriza por variar su extensión hacia el norte del Golfo y desencadenar remolinos anticiclónicos muy grandes y energéticos.

Debido a éstas características, la dinámica del Golfo es de interés, pues los remolinos que se forman llegan a tener el tamaño de un huracán y son verdaderas tormentas submarinas capaces de detener actividades de la industria petrolera y otras actividades económicas que se realizan mar adentro. 

Con los datos satelitales se obtiene la altimetría o nivel del mar, la cual se relaciona con la variación de la temperatura, ya que un remolino frío se ve como un pozo y uno caliente abulta la superficie. Con los datos in situ obtenidos con boyas perfiladoras, planeadores y lances desde barcos se obtienen perfiles de temperatura y salinidad en distintos puntos. 

Así, con los datos generados por satélites y las muestras in situ se puede hacer un mapeo de la salinidad y temperatura a distintas profundidades, y con ello calcular la velocidad de las corrientes.

Con esta metodología se obtiene una comprensión del campo de temperatura, salinidad y corrientes, que permitiría estimar flujos de calor, sal y energía así como calcular el potencial de calor de los ciclones tropicales. Esto es importante para el pronóstico de huracanes pues ayuda a mejorar las predicciones de condiciones oceánicas que impactan directamente a las actividades industriales que se hacen mar adentro.

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