Presentan K’usam, primer laboratorio aéreo de la UNAM

ICAyCC en los medios, Jorge Zavala Hidalgo
Avioneta Cessna Turbo Stationair T206H

Podrán realizarse investigaciones geográficas, geofísicas, geológicas, biológicas y sociales


 Mirtha Hernández   | Gaceta UNAM

Toluca, Estado de México.– El pasado martes se presentó K’usam, el primer Laboratorio Aéreo de la UNAM, mediante el cual se podrán estudiar desde el aire las costas y el territorio nacional, los ecosistemas, el entorno urbano, la mitigación de los efectos del cambio climático y realizar investigaciones geográficas, geofísicas, geológicas, biológicas, sociales e ingenieriles.

Las aerofotografías, los datos lidar (Light Detection and Ranging), el uso de sensores meteorológicos, gravimetría, espectrometría, magnetometría y observación directa, son sólo algunas de las técnicas de medición y recolección de información que requieren de una plataforma para realizar levantamientos aéreos.

También el K’usam –que es parte de las capacidades de percepción remota aérea del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra (LANOT)– podrá utilizarse para el monitoreo en tiempo real de mamíferos mediante radiotransmisores, el seguimiento de eventos volcánicos y desastres, la observación de procesos de degradación ambiental, el desarrollo de sensores y dispositivos tecnológicos, la realización de pruebas de equipos de telecomunicaciones y microsatélites, entre otros.

“El Laboratorio Aéreo K’usam se suma a las grandes infraestructuras con las cuales cuenta nuestra Universidad para realizar sus tareas sustantivas como investigación y docencia. Es equiparable a los microscopios electrónicos, a los telescopios o a los buques oceanográficos”, afirmó el director del Instituto de Geografía (IGg), Manuel Suárez Lastra.

Ante el Rector Enrique Graue Wiechers; la secretaria de Desarrollo Institucional, Patricia Dávila Aranda; el secretario administrativo, Luis Agustín Álvarez Icaza Longoria, así como directoras y directores de facultades e institutos, Suárez Lastra expuso que aunque desde hace varias décadas esta casa de estudios utiliza variadas fuentes de información de levantamientos aéreos, éstas se encuentran limitadas a áreas, tiempos y resoluciones específicas, y no siempre son las que la investigación requiere, y comúnmente tienen costos muy elevados.

El laboratorio aéreo es una avioneta Cessna Turbo Stationair T206H, que además de generar, a un menor costo, nueva información de los lugares donde se requiera, también será una herramienta para la docencia, pues permitirá aprender sobre la planeación de las misiones complejas que demanden levantamientos aéreos, las técnicas de levantamiento, el procesamiento de la información, su manejo, modelaje e interpretación, etcétera.

Asimismo, la información que se recabe, formará parte de un repositorio que podrá ser utilizado por académicos y estudiantes de la UNAM.
Seguir volando alto

El director del IGg explicó que el nombre de K’usam significa vencejo, en maya, y es un ave pequeña originaria de México, no es excéntrica ni de plumaje extravagante, pero sí es un ave maestra del vuelo, la cual puede pasar largos periodos de tiempo en el aire, donde vive, duerme y se alimenta.

“Al águila mexicana y al cóndor andino hoy se suman las alas de K’usam que, estoy seguro, ayudará a que la UNAM siga volando alto”, aseveró.

En su oportunidad, el secretario técnico de Vinculación del IGg, Armando Peralta Higuera, aclaró que la avioneta fue modificada desde su fabricación para poder instalar las cámaras de fotografía aérea, de barredores lidar que permiten la obtención de información rápida y precisa del relieve.

Su altitud máxima de operación son los 26,000 pies (7,927 metros), por lo que puede volar por encima de los volcanes más altos de México. Tiene una carga útil de 652 kilos, capacidad para seis pasajeros y una velocidad máxima de crucero de 298 kilómetros por hora. Además, puede servir como avión de carga y aterrizar en terracerías.

Peralta Higuera añadió que se le pueden instalar una gran diversidad de aparatos científicos, entre ellos sensores geofísicos, sistemas de monitoreo atmosférico de gases y partículas, instrumentos para realizar experimentos en telecomunicaciones y ciencia de materiales, entre muchos otros.

Avioneta-Cessna-Turbo Stationair-T206H

A la vista, el sargazo

K’usam ayudará a que la Universidad Nacional continúe cumpliendo uno de sus principales encargos: contribuir a la solución de los problemas nacionales. Por ello, su primera misión, que empezará en unos días, será en la Península de Yucatán, donde apoyará las investigaciones sobre el sargazo, informó Suárez Lastra.

En ella participarán integrantes del IGg, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, y del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología.

También se realizará levantamiento de imágenes de las áreas urbanas en el litoral norte del estado de Yucatán para observar los efectos de la expansión urbana.

Carlos Jorge Robinson Mendoza, titular del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, detalló que cuentan con un plan para el estudio del sargazo, dividido en tres etapas. La primera es saber cómo se originó este problema. La segunda, consiste en indagar cómo llega esta alga a nuestro país y cuáles son sus efectos, y para ello será muy importante la aeronave. La tercera etapa consiste en explorar cómo y cuándo se acabará con el sargazo.

Jorge Zavala Hidalgo, director del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático, expuso que K’usam enriquecerá con información sus pronósticos de oleaje, marea de tormenta y alertamientos, entre otros.

También les interesa estudiar las trayectorias del sargazo que actualmente se realizan con imágenes satelitales, pero tienen ciertas limitaciones de periodicidad y resolución. “Este instrumento va a permitir realizar una observación muy cercana y certera. Con esa información podremos calibrar modelos de pronóstico tanto de su trayectoria como de su arribo”, dijo.

Gabriela Gómez Rodríguez, integrante del LANOT, y Fausto Romero, estudiante de la licenciatura de Geografía Aplicada de la Escuela Nacional de Ciencias de la Tierra, abundaron en las contribuciones que la aeronave podrá realizar a las labores que actualmente se llevan a cabo en la UNAM respecto a este tipo de alga.

Suárez Lastra agradeció a las autoridades y a los directores de diversas entidades universitarias por creer y apoyar el proyecto del primer laboratorio aéreo de la Universidad Nacional, el cual cruzó un arco de agua, en señal de que está listo para levantar el vuelo.

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Manuel Suárez Lastra

Fuente: GACETA UNAM