Rafael Paz | Gaceta UNAM
En el próximo lustro podemos esperar que el planeta experimente temperaturas que se mantendrán en niveles récord, o muy cercanos a ellos; esto, a su vez, incrementará los riesgos climáticos y agravará las posibles consecuencias para todos los habitantes, sus economías y el desarrollo sostenible.
Ese es el panorama que proyecta para el siguiente lustro la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que en su reporte WMO Global Annual to Decadal Climate Update (2025-2029) (https://wmo.int/publication-series/wmo-global-annual-decadal-climate-update-2025-2029?access-token=pNLbdBu8q2r-FHbkLrdh9YE5cold58Ic7lc47kQiUg4U) añade que algunas posibilidades son:
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- Hay una probabilidad del 80 % de que al menos uno de los próximos cinco años desbanque a 2024 como el año más cálido jamás registrado.
- Hay una probabilidad del 86 % de que en al menos uno de los próximos cinco años se rebase en más de 1.5 °C la temperatura media del periodo 1850-1900.
- Hay una probabilidad del 70 % de que el calentamiento medio quinquenal del periodo 2025 a 2029 sea superior a 1.5 °C
- El calentamiento a largo plazo (es decir, promediado a lo largo de decenios) se mantiene por debajo de 1.5 °C.
- Se prevé que el calentamiento del Ártico siga superando el calentamiento medio del planeta.
- La distribución de las precipitaciones presenta grandes variaciones regionales.
“Con cada nueva fracción de grado de calentamiento, las olas de calor son más dañinas, las precipitaciones más extremas y las sequías más intensas, se acelera la fusión de los mantos de hielo, el hielo marino y los glaciares, y aumenta el calentamiento del océano y la subida del nivel del mar”, recalca la OMM en la publicación.
Repercusiones
Para Carolina Ureta Sánchez, investigadora en el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, lo difundido por el organismo internacional es una “alerta climática”, la cual se une a otras voces que lo han señalado.
“Tampoco se trata de que nos dé ecoansiedad. Sucede un fenómeno antropológico consistente en que cuando hay una catástrofe y se observa desde muy cerca, la sociedad se pasma y deja de actuar; entonces, no se trata de llegar a esto, más bien debemos actuar. Hagamos algo al respecto. Nos estamos calentando y ello tiene repercusiones, no nada más en nuestra vida como seres humanos, sino también en la de un montón de especies con las que coexistimos en este planeta”, argumenta la científica.
¿Falló el Acuerdo de París?
En el reporte de la Organización Meteorológica Mundial, se subraya que “el nivel actual de calentamiento ya está agravando las olas de calor, potenciando las precipitaciones extremas e intensificando las sequías, además de acelerar la fusión de los mantos de hielo, el hielo marino y los glaciares, y favorecer el calentamiento del océano y la subida del nivel del mar”.
A lo anterior se suma: “En virtud del Acuerdo de París, las naciones se comprometieron a mantener el aumento de la temperatura media mundial en superficie a largo plazo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y de proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento a 1.5 °C”. De superarse dicho umbral de calentamiento, como lo ha advertido anteriormente la comunidad científica, “pueden agravarse de forma muy significativa los fenómenos meteorológicos extremos y las consecuencias del cambio climático, y que cada fracción de grado de calentamiento cuenta”.
Aunque, siguiendo los pronósticos de la OMM, el límite acordado en el Acuerdo de París (firmado en 2015) no sería rebasado, es un hecho que cada vez estamos más cerca de dicha barrera. Sin embargo, según Carolina Ureta Sánchez, no debemos ver el compromiso en sí como un fracaso.
“Los acuerdos no son el problema”, afirma la especialista, “sino que las naciones que históricamente han contribuido más al aumento de gases de efecto invernadero, como Estados Unidos, nunca han querido realmente firmar y comprometerse con el mundo”.
Y subraya: “Lo injusto es que quienes más contribuyen al calentamiento global no necesariamente serán los más perjudicados. Los impactos están llegando a otras zonas y no necesariamente son los que han generado el problema. Creo que hay una falta de responsabilidad por parte de las naciones más poderosas, y por lo tanto que más han contribuido con emisiones de gases con efecto invernadero”.