La modernización de la flota de vehículos pesados a diésel vía retrofit (adaptación de sistemas de control de emisiones) representaría un paso pequeño, pero importante, hacia una mejora adicional de la calidad del aire en la Ciudad de México.
Los vehículos pesados a diésel, a pesar de su pequeña contribución a la flota vehicular (menos del 6%), son responsables del 24% de las emisiones totales de partículas finas primarias. Por ello, realizamos un análisis de costo-efectividad de las tecnologías de control de emisiones para estos vehículos que circulan en la Ciudad de México. Nuestro análisis incluye la evaluación de la eficacia del control para reducir las emisiones de partículas primarias del diésel en la línea base; de los impactos de las reducciones de emisiones en las concentraciones ambientales de partículas finas primarias y la reducción de la exposición en la población; de los beneficios para la salud asociados con el control de emisiones y las mejoras en la calidad del aire, estimados como reducciones en la mortalidad prematura; de los costos de las posibles tecnologías de control, es decir, el costo del equipo, la instalación, el ahorro en el consumo de diésel, y el mantenimiento del equipo; y de la monetización de los beneficios netos estimados (comparación de beneficios y costos).

En la Ciudad de México hay más de 100,000 vehículos pesados en circulación que utilizan diésel; éstos se pueden agrupar en autobuses (RTP-transporte público, escolares y de personal, concesionados y Metrobús, con placa local; y de turismo y pasajeros con placa federal); camiones de carga (camiones de reparto de mercancías de tamaño mediano con placa local de entre 4.6 y 27.2 toneladas o placa federal de entre 11.8 y 14.9 toneladas); y tractocamiones (vehículos que pesan más de 27.2 toneladas, con placa local o federal).
En nuestro análisis consideramos tres tipos de tecnologías de control: el catalizador de oxidación de diésel (DOC); el filtro de partículas de diésel con regeneración activa (DPF-a); y el filtro de partículas de diésel con regeneración pasiva (DPF-p).
¿Qué encontramos?
Que la estrategia de retrofit con las tecnologías evaluadas es costo-efectiva para todos los autobuses, camiones de carga y tractocamiones. De llevar a cabo esta estrategia en todos los vehículos pesados que circulan en la Ciudad de México se podrían reducir 950 toneladas de emisiones de PM2.5, reducir las concentraciones de PM2.5 en alrededor de 1 µg/m3 y salvar cerca de 100 vidas / año. El costo anual sería de menos de 93 millones de dólares, mientras que los beneficios en salud representarían cerca de 250 millones de dólares al año.